Keni Sugawara no encuentra a su mujer desde el día del terremoto. no hay a quien pedir información, no hay de hecho qué comer....
Entre el bando de desconocidos que camina con desconciertos entre lo que era su barrio, su calle, Kenji Sugawara no se anima a pedir ayuda. "es Tattemae!" piensa con tristeza, y quisiera ser fosforescente o gigante, para que todos le preguntaran que es eso que lleva en el pescuezo.
Marketing al servicio de la tristeza. un anónimo contando sus desesperanzas.
Que horror, pobre hombre.
ResponderBorrartriste...sendo a esperança a última que morre, que ainda apareça sua esposa...
ResponderBorrarlo ocurrido en japon a sido horrendo
ResponderBorrarNoticias como esta ayudan a ponerle cara y nombre al drama.
ResponderBorrarXará,
ResponderBorrarÉ impressionante a catastrofe que assola essa nação, e ainda tem o problema gigantesco com as usinas, além de um sem número de histórias de cortar o coração com essa ...