Schumacher, la esfinge.

Existen dos principales pecados humanos a partir de los quales derivan todos los otros: impaciencia e indiferencia. Por causa de la impaciencia fuimos expulsos del Paraíso, por causa de la indiferencia no podemos volver

Franz Kafka

Una mañana tras sueños intranquilos, Michael Schumacher se despertó convertido en un glorioso veterano. Estaba echado de espaldas sobre un duro caparazón metálico y, al alzar la cabeza, vio su vientre convexo y blanco, surcado por lineas de grasa y pelo. Numerosas culpas, penosamente delgadas en comparación al grosor normal de sus recuerdos, se agitaban sin concierto. 
-¿Qué me ha ocurrido?

Ah! la memoria! Un jardín de hadas, luces cayendo de los árboles y arbustos distraídos. Cuanto sol y cuanto estiércol debajo de los geranios!, El dulce olor de vegetales y resinas, que nos llama a la infancia y al descanso. Cuando te embriagas de tu memoria, no puedes volver al mundo sin una resaca o sin una decisión absurda. 

Fué una noche en Vegas, tenía una cena con empresarios irlandeses que deberían proponerme una línea de Tuning para ser lanzada en otoño, y realmente no quería decepcionarlos. Me senté en la sala del hotel, Corina durmiendo y la Tv prendida, excavando archivos en el notebook a la búsqueda de una fotografía legendaria y llena de magia PARA autografiar PARA a los duendes irlandeses PARA mi linea de Tuning. Fué eso, seis meses después estaba en Northhamptonshire al lado de Ross mirando un carro plateado y verde que ya nació con nombre de leyenda. 

Ok, fui yo que elegí el país de la muerte y el olvido, pero esa jubilación temprana no fué cansancio o arrogancia. fué impaciencia, solo eso. Y así que despaché al último periodista y me había recostado en el sofá de casa en Stuggart, con limonada y control remoto en mano; comprendí que el retorno sería inevitable un dia, a pesar de los inúmeros argumentos de Corina. De ahí hasta la noche de los duendes del tuning de Irlanda, fué un periplo de subterfúgios, mentiras y ansiedades.

Impaciencia, solo eso. ja!

Fué al retornar que entendí porqué lo llaman el circo, no puedes hacer menos que tu mejor acrobacia. Que el tiempo es un ratero, eso no me lo habían dicho. Te quita reacciones, te estafa milisegundos, se mete por la noche a tus manos o a tu cuello para quitarle ligamentos. La única victoria sobre la vejez es una victoria sobre el realismo; no hay como evitar que el tiempo no ponga sal a la leche y vidrio molido a los huesos. El incansable aguafiestas, el viejo contagioso.

No, no me hallo joven.

Puedes burlarte de mí, pequeño adicto, anónimo brillante! puedes gritar desde la arquibancada. Es sólo tú que desprecias el ruido de los flashes, el rojo y el amarillo del podio. Millones de Jalapeños no te darian los gritos que te he dado, ejércitos de Fútbol no te mostrarán la gloria que conjuraba. Yo te dí, yo compartí contigo mi aura alemana y mi sonrisa radiante; yo te dí la droga del olvido de tu vida laberíntica y mediocre. yo te hice olvidar que no estabas conmigo en el podio. 
continuaré, Continuaré a ser la incógnita, la esfinge. Yo soy Arturo que retorna a reclamar el trono